martes, 19 de mayo de 2009

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Si ella respira, él sangra. Si él sangra, ella también, pero sangre de vida nueva. No pueden ser uno ni dos, sino sólo tres, o cuatro o diez. Si se acercan se muerden, se miran, se desconocen. Si se alejan, sólo entonces se dan cuenta y se escupen, ella lo escupe y él se limpia la cara; él la acaricia y se va, siempre se va.
Entonces es cuando ella más lo extraña y más lo odia. Entonces es cuando él se va con otras, a quienes no acaricia pero no deja. A veces, camino a su casa, de noche tarde, con frío, de alguna manera solo, piensa en ella y la llama. (Nunca por teléfono, eso no existe entre los amantes). Y ella lo escucha y acude, y a veces lo vomita o escupe, y a veces lo desconoce felizmente. Y él la soporta con tal de sentarla en sus piernas, o estar entre las de ella. Cree que eso es el amor, la fusión de cuerpos. Pero tal cosa es inexistente: los cuerpos son siempre dos, o tres, o cuatro o diez, todos distintos, todos ajenos. El amor es otra cosa, o no es.
Así, él y ella se juntan o se separan. A veces ella encuentra a otro él (o a otros) porque lo que en realidad busca es un espejo. Si lo escupe, desconoce o acoge entre sus piernas, es según el estado de su propia vanidad, de las ganas de sangrar o respirar que tenga. A veces él se va con otras, a quienes no deja porque en todas ve la cara de ella cuando no sangra, cuando no lo escupe. Es por eso que no las acaricia: porque no respiran ni lo insultan.




Esta entrada ha sido modificada, y es probable que lo siga siendo.

jueves, 14 de mayo de 2009

La eternidad de lo inconcluso,
esperando (NO) concluir y morirse.
La autobiografía permanente,
y el miedo.

La autoculpable minoridad de no concluir,
creyendo que así se vive.
pero es imposible.
Como pretender que entienda de arte.
o que no.
o que el vacío no.

Y vos te quedás, te quedás, te quedás,
todos se quedan y a mí me da miedo.
No quiero que se vayan,
pero no los conozco, y a veces me miran.
Y no me da para salir de fiesta y ser cool y bailar cool,
y todas esas cosas que en realidad siempre
siempre quise hacer, y no pude.
Pero hoy esa posibilidad no me emociona.
EMO-ciona.:
no puedo alejarme, es eso:
fuerza de gravedad.

Sí, creo que en el fondo soy seria y un poco ortiva,
pero eso no me molesta.

No me animo –ánimo.
No me animo a decir –telo
(mentira, siempre dije telo),
y esta es la infeliz confesión de un día de lluvia,
porque no necesito apologías para estar contenta.

-sí, a veces es distinto-
no me malinterpreten.


Posta, siempre quise sacar fotos.-

domingo, 3 de mayo de 2009

otro domingo trasnochando
no divertido
rutina,

y yo ahora no te pido más nada porque te molesta,
te molesta tu promesa, no yo.
te molestás vos,
así como me molesto yo
y no me importa,
ya lo entendí y no me importa.
los imposibles son aburridos después de.

no podemos asumirnos
porque nos da miedo o pereza (paja).
entonces no podemos pedirnos,
y no podemos evitarlo.
es TAN aburrido que no importa.

qué abúlico esto, por dios. qué desencanto. qué asco.
sí, llegaste hasta acá para leer esta mierda posmoderna, y qué.
soy posmoderna, no podés pedir más.
por más que lo intentes.